Yvette Mejía Vera, ‘warisatóloga’

Esta filósofa paceña ha dedicado gran parte de su vida a difundir y estudiar la propuesta pedagógica que tuvo Warisata, la escuela ayllu que se creó en la década de 1930 en la población del mismo nombre.
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Warisata fue la experiencia más linda de la historia de Bolivia, pero también una gran tragedia”, cuenta Yvette Mejía, la filósofa paceña de 62 años que encontró en una de las propuestas educativas más importantes del país, una pasión de la que no se ha podido separar desde hacecasi 20 años.

Su admiración comenzó cuando estudiaba en la Universidad Mayor de San Andrés y le tocó leer el libro de Elizardo Pérez, Warisata, la escuela ayllu. Recuerda que Arturo Orías solía dirigir esa lectura con tal entusiasmo que logró que la curiosidad de sus estudiantes, de Yvette en específico, despertara con mucha fuerza. “Cuando leíamos ese libro, había clases en las que simplemente nos poníamos a llorar porque no podíamos creer que algo tan importante hubiera acabado en 1940”. Si bien después de terminar la universidad Yvette puso un anticuario en la casa que alguna vez fue de su abuela, Warisata volvió a aparecer en su vida de forma inesperada. Su amigo de la universidad, Felipe Quispe, el Mallku, le pidió en el año 2000 que fuera parte de la comisión que participaría en la creación de una universidad indígena en el área rural, que además debía tener como modelo a la escuela de Warisata. Ella aceptó y fue una de las fundadoras de la Universidad Ayllu Bartolina Sisa Túpac Katari.

Si bien aquella experiencia terminó dos años después de fundarse, marcó su vida. Ahora Yvette hace trabajo voluntario para la organización Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación (CBDE), que dirige el activista David Aruquipa.

CBDE organiza talleres, seminarios y exposiciones que buscan defender el derecho de la población a la educación y uno de sus puntas de lanza es la difusión de la experiencia de Warisata. Así, el 2 de agosto —fecha que coincide con la de fundación de la escuela ayllu— organizaron una exposición en el Museo Nacional de Arte de La Paz que después llegó al pueblo de Warisata y a Estados Unidos.

Desde la pequeña propiedad que administra en los Yungas, donde además prepara mermeladas y miel de chancaca y limón, Yvette todavía trabaja en varios libros, labor que le ha ganado el apodo de “warisatóloga”. Uno de ellos, Modelo de ayllu, sistematización de Warisata escuela ayllu 1932-1940, se halla en internet de forma libre, para todos aquellos que quisieran conocer un poco más sobre este tema.