La Paz, 18 de may. Las Federación de Caficultores Exportadores de Bolivia (FECAFEB) cumplió este 15 de mayo cumplió 22 años de existencia, en ese tiempo logró posesionar el café yungueño en el mercado internacional y actualmente exporta 85 000 sacos que genera 26 millones de dólares al año, según la publicación de un periódico de circulación nacional.
Mediante una entrevista concedida al periódico La Prensa, Susana Lima, Secretaria General de FECAFEB, informa que su organización ha realizado una tarea muy importante para el pueblo boliviano y en particular para los caficultores, al lograr mercados en Europa y Estados Unidos, sin contar con apoyo gubernamental.
La FECAFEB está constituido por a 22.000 familias de 42 organizaciones productoras del grano, y tiene 16 mil productores paceños de Caranavi, Nor y Sud Yungas, Inquisivi, Larecaja y Franz Tamayo, y el resto del Chapare, en Cochabamba, y de Yapacaní, Santa Cruz, cerca del parque Amboró.
Cada familia agrupada en sus organizaciones locales cosecha entre dos y cinco hectáreas de café al año, cantidad que le permite generar ingresos económicos. “Estamos conscientes de que esta cantidad no es suficiente para cubrir la demanda. Pedimos mayor incentivo gubernamental”, dice Susana Lima.
Hace ocho años FECAFEB exportaba más de 150 mil sacos, pero ahora sólo logran acomodar 85 mil. Esta situación se da por falta de apoyo gubernamental. Los 85 mil sacos de 50 y 70 kilos, el 32 por ciento es exportado a Estados Unidos y el 22 por ciento a Europa y Japón. El resto es destinado a cubrir la demanda local y la demanda de los países vecinos.
Gracias a las gestiones de FECAFEB, el café boliviano se ubica entre los 10 mejores del mundo, aspecto que genera gran demanda en mercados internacionales. Bolivia es uno de los pocos países de la región que produce un café suave, orgánico, de alta pureza y calidad, lo que le ha permitido abrirse paso en mercados exigentes.
La FECAFEB, en coordinación con la Cooperación Belga, ejecuta proyectos en beneficio de sus afiliados. Uno de ellos es el programa de apoyo a la seguridad social en salud, cuyo objetivo es contribuir a que los caficultores accedan a este servicio tomando en cuenta sus necesidades específicas y garantizar la seguridad alimentaria, que también va dirigida a cuidar la salud.
La organización de caficultores aún no cuenta con una planta procesadora propia. Las exportaciones son sólo de materia prima. Esperan que el Gobierno apoye para industrializar la producción lo que beneficiaría aún más a este sector productivo agrícola.
Lo que preocupa a la organización es el compromiso de seguir exportando el producto. Por eso solicitan para que el Estado boliviano se ocupe de fomentar la producción de café y apoye la búsqueda de mercados. En comparación con otros países, Bolivia es el único país que no hace inversiones ni fomenta la producción de café. Los mercados que se tiene ahora fueron instalados por la federación lo que beneficia ahora a toda Bolivia.